En la lectura de Ortega y Gasset titulada “Ideas y creencias” el autor nos invita a pensar sobre los conceptos de creencia, duda e idea. A lo que yo entendí la primera se refiere a
algo que damos por hecho sin cuestionar y que, dice Ortega y Gasset,
“constituye la base de nuestra vida” (1934). La creencia puede ser positiva o
negativa pero en cierta medida nos da estabilidad.
En cambio, la duda nos arroja ante una realidad
inestable ante la cual no sabemos qué hacer. La duda surge de creencias
antagónicas por lo que no se puede formular ni criticar. No obstante, cuando se
está en la duda, o mejor dicho, en “un mar de dudas” el hombre se pone a pensar
y es así, justo en los huecos de nuestras creencias, que se insertan las ideas. Éstas son pensamientos
sostenidos, “ocurrencias” que corresponden a nuestra percepción de la realidad.
Las ideas necesitan de la crítica pues se alimentan de su cuestionabilidad
(Ortega y Gasset, 1934).
Ahora bien, tras haber leído
sobre el caso de Brenda Damaris, una muchacha desaparecida y asesinada en
Monterrey, Nuevo León, considero que los conceptos de creencia, duda e idea de
Ortega y Gasset se plasman de la siguiente manera. En primer lugar, es claro
para mí que los mexicanos en general tenemos la creencia de que el Estado es quien debe proveer justicia en la
sociedad. Eso no es cuestionable pues es lo que hemos aprendido y construido
colectivamente desde tiempos de la Ilustración (por decir una época, porque en
realidad los conceptos políticos se han venido construyendo desde muchísimos
siglos atrás). Sin embargo, creo que esta creencia está perdiendo validez cada
día más dada la impunidad que existe en nuestro país.
Ante este panorama se generan dudas. Por ejemplo, en el caso de
Brenda, su mamá (Juana) tenía dudas respecto a cómo se identificaron los
cuerpos si las tallas no coincidían y si la descomposición no coincidía con las
fechas. Juana empezó a dudar de la objetividad y eficacia del sistema de
peritaje mexicano; pensaba en la posible colusión del Estado con el crimen
organizado (¿les suena?). En consecuencia decidió enterrar al supuesto cuerpo
de su hija y no cremarlo como le pedían las autoridades; además Juana pidió un
peritaje independiente.
Con estas dudas en mente,
observamos la realidad de nuestro
país en materia de desapariciones forzadas. Las autoridades mexicanas no
cuentan con cifras exactas de la cantidad de muertos y desaparecidos.
Organizaciones nacionales e internacionales calculan alrededor de 120 mil
muertos y 25 mil desaparecidos en los últimos ocho años (Tomasena, 2014). Según
Aministía Internacional, en 40% de los casos nunca se abre una investigación
criminal.
Dice Cordelia Rizzo en su
artículo “El rastro de los huesos deBrenda Damaris” que “cuando surge una duda, es para buscar verdad,
conocimiento” (2015). Ante las dudas que se tenían y la realidad que se
observaba, la organización GobernanzaForense Ciudadana, la cual se dedica a ayudar a las familias de los
desaparecidos a buscarlos, se preguntó “¿Qué pasaría si los procesos forenses,
en lugar de estar en manos del Estado, que sistemáticamente los ignora,
estuvieran en manos de los familiares de los desaparecidos?” (Tomasena, 2014).
Esto refleja una idea: actuar como
sociedad organizada ante la incapacidad del Estado. Es decir, invertir los
roles de poder en la ciencia forense para incluir a los familiares.
Esto me lleva a pensar que el
problema de injusticia en nuestro país es también un problema epistemológico en
el sentido en cómo se relacionan los ciudadanos (sujetos) con el Estado, específicamente
con las instituciones de justicia del gobierno que tienen determinadas
estructuras de poder (objeto). Esta relación genera cierto conocimiento y nos
hace interpretar la realidad de determinada forma. Es decir, dependiendo de
cómo sea esta relación es como pensaremos las posibilidades de actuar. No es lo
mismo pensar que el tema de injusticia pertenece sólo al Estado o a aquellos
familiares afectados a pensar que nos compete a toda la sociedad mexicana.
¿Cómo lo quieres pensar tú?
Cuando las familias demandan
verdad y justicia significa que desde su concepción epistemológica es el Estado
quien debe dar respuesta a estas demandas. Es decir, el Estado debe investigar
a fondo y decirles la verdad sobre el paradero de sus familiares desaparecidos.
Además, debe hacer justicia y aplicar la ley a los responsables de las muertes
o desapariciones.
En conclusión, es un tema
complejo pero no por ello sin importancia. Las desapariciones forzadas siguen
siendo la realidad de nuestro país y no podemos ser indiferentes ante ello.
Ayotzinapa en 2014 fue un caso que despertó el inconsciente colectivo respecto
al tema. ¿Qué haremos como sociedad? ¿Seguiremos dejando en manos de un Estado
corrupto e ineficiente este tema?
Referencias:
Gasset, O. y. (1934). Recuperado el 10 de marzo de 2016,
de https://app.box.com/s/61qu3yeves5nvh7fjq6wrktbhbh8tikt
Rizzo, C. (febrero de
2015). Blog personal de Cordelia Rizzo. Recuperado el 10 de marzo de
2016, de tumblr:
http://cordeliarizzo.tumblr.com/post/111288993637/el-rastro-de-los-huesos-de-brenda-damaris
Tomasena, J. (diciembre
de 2014). Gobernanza Forense Ciudadana: la búsqueda más dolorosa.
Recuperado el 10 de marzo de 2016, de Magis ITESO:
http://magis.iteso.mx/content/gobernanza-forense-ciudadana-la-b%C3%BAsqueda-m%C3%A1s-dolorosa
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